Cómo Manejar los Pensamientos Intrusivos a Través de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)
Los pensamientos intrusivos son aquellos pensamientos no deseados, perturbadores y recurrentes que pueden aparecer en nuestra mente de manera involuntaria. Te atacan de manera inesperada, como si te lanzaran un disparo de repente. Causan angustia, involucran ideas inquietantes, muchas veces relacionadas con violencia, el temor a hacer daño, a no ser suficiente o cualquier tipo de preocupación irracional que causa ansiedad y hasta te quita el sueño. Aunque todos los hemos experimentado alguna vez, para algunas personas pueden volverse tan frecuentes e intensos que interfieren con su vida diaria y bienestar emocional.
¿Cómo funcionan los pensamientos intrusivos?
El ser humano está constantemente generando ideas, recuerdos e imágenes. Sin embargo, cuando esas ideas o imágenes son inquietantes, empezamos a luchar contra ellas e intentamos eliminarlas. De esta manera solemos aumentar su impacto negativo, lo que lleva a un ciclo de ansiedad y malestar.
¿Hay alguna manera de neutralizar su poder?
La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) ofrece una perspectiva distinta sobre cómo manejar los pensamientos intrusivos. No se trata de hacer un ejercicio racional en el que intentamos negociar una batalla perdida contra un enemigo súper potente, sino que lo que hacemos desde la ACT es enseñar a los pacientes a aceptar su presencia sin que esos pensamientos definan sus acciones. Es decir, los pacientes aprenden a observar sus pensamientos de manera desapegada y a enfocarse en lo que realmente valoran en la vida.
Un ejemplo práctico para reducir el poder de los pensamientos intrusivos
Llevas un tiempo luchando contra algún pensamiento intrusivo. Por ejemplo: este puesto me viene grande o no soy un buen padre/madre/amigo… Lo primero en lo que trabajaríamos es en la introducción del concepto de aceptar estos pensamientos en lugar de luchar contra ellos. ¿Cómo? utilizando una metáfora. Imagina un río en el que flotan hojas de los árboles que son transportadas por el caudal hacia el mar. Imagina que en cada una de esas hojas depositas un pensamiento. Detrás de una hoja, llega otra, y luego otra. Detrás de un pensamiento, llega otro y luego otro y siguen flotando río abajo. Tú solo los observas. Sin involucrarte. Permitiendo que se alejen.
El objetivo es reducir el poder que los pensamientos intrusivos tienen sobre ti, porque cuánto más luchas por eliminarlos, más se aferran a ti, así que dales permiso para que se presenten e, incluso, agradéceles la visita por la función que desean cumplir (prevenirte contra una amenaza o lo que sea). Tú no eres tus pensamientos. Tú eres mucho más que ellos. Así que no te identifiques tanto con esas ideas que llegues a actuar como si fueras ellas.
En sesiones posteriores identificaríamos tus valores fundamentales como, por ejemplo, ser un buen líder para tus colaboradores o ser un buen padre / madre. Estos valores actúan como un faro, guiando las acciones de la persona incluso cuando los pensamientos intrusivos están presentes.
Lo que hacemos los terapeutas ACT es ayudar a los pacientes a conectar sus acciones diarias con estos valores, lo que permite que las decisiones y comportamientos se alineen más con lo que es verdaderamente importante, en lugar de ser dictados por pensamientos perturbadores.
La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) utiliza diversas metáforas y ejercicios para ayudar a los pacientes a manejar sus pensamientos intrusivos. Un recurso útil para los terapeutas ACT es The Big Book of ACT Metaphors, que ofrece una guía completa para aplicar estas técnicas en la práctica clínica.
Así que, en nuestro ejemplo, si para ti ser un buen líder es estar presente y apoyar a tu equipo cuando las cosas se ponen difíciles, o si ser un buen padre / madre es jugar un rato todas las tardes con tus hijos, cuando el pensamiento intrusivo aparezca, te atrape y te paralice, podrías decirte algo como «Este pensamiento está aquí, pero no tiene que impedirme pasar tiempo de calidad con mi equipo o con mis hijos».
Recuerda:
Esto es un proceso. Cada vez que eliges actuar según tus valores en lugar de ser arrastrado por los pensamientos intrusivos, estás dando un paso en la dirección correcta.
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