Stein et al (2010) estudiaron el efecto de la depresión postnatal en la percepción de las madres acerca de las expresiones faciales del recién nacido. Se estudiaron 15 mujeres con depresión, 15 con ansiedad y 15 fueron el grupo de control y se les pidió que puntuaran de muy positivo a muy negativo las imágenes que se les enseñaban 2 veces, en orden aleatorio y por un breve espacio de tiempo. El resultado concluyó que cuanto más durara la exposición de la imagen, más intensa era la respuesta, es decir, más extrema era, ya fuera valorada como negativa, o como positiva. Las madres con depresión indicaban puntuaciones más negativas que el grupo normativo y no había diferencias entre madres con ansiedad y el grupo de control. Cuando se mostraba las imágenes por poco tiempo y con una valencia positiva o neutra, no había diferencias significativas en los grupos. La conclusión es que las madres con depresión postnatal podrían tener un sesgo de valoración que dificultara su respuesta a las señales del bebé.
Aunque no seas madre o padre o no hayas sufrido una depresión nunca, te interesa saber que está demostrado que la depresión y la ansiedad están asociados a cambios en el reconocimiento de la expresión facial.
En pruebas realizadas (Fusar-Poli et al., 2009), cuando los participantes observaban rostros neutros y rostros mostrando una emoción con diversa intensidad (25, 50, 75 y 100%), las personas con ansiedad reconocían más fácilmente la ira, el miedo y la alegría, mientras que los participantes que puntuaban alto en depresión eran más propensos a atribuir miedo a rostros neutros.
💡Así que fíjate si te interesa cuidar tu estado emocional, aunque solo sea por no confundir la identificación que haces de la expresiónfacial de tu interlocutor.
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