Ansiedad

    Entendiendo la ansiedad

    Ansiedad

    ¿Qué es la ansiedad?

    Es una respuesta corporal ante el estrés. No solo se manifiesta en síntomas físicos, sino también en emociones, pensamientos y comportamientos evitativos. Aunque a menudo se percibe como algo negativo, también puede servirnos para identificar áreas de nuestra vida que necesitan atención o cambio. Así que, no siempre es necesario temerla o eliminarla por completo.

    Diferencias entre miedo, estrés y ansiedad

    Aunque están interrelacionados tienen diferencias claras en dos aspectos clave:

    1. Origen del estímulo: El estrés y el miedo responden a situaciones presentes y tangibles, mientras que la ansiedad se enfoca en preocupaciones futuras, a veces imaginarias.
    2. Temporalidad: El miedo y el estrés son inmediatos y específicos, mientras que la ansiedad puede prolongarse sin un peligro evidente.

    El estrés es una respuesta física y mental cuando la situación demanda más de lo que podemos manejar. Su función principal es ayudarnos a enfrentar desafíos inmediatos.

    El miedo es una emoción primaria e instintiva, que nos protege de un daño potencial, ya sea físico o emocional.

    La ansiedad, en cambio, es una respuesta anticipatoria ante posibles amenazas futuras. Es útil en pequeñas dosis para prevenir, pero puede ser problemática si es constante o desproporcionada y afecta nuestra vida.

    Diferentes tipos de ansiedad

    Existen varias formas en que puede manifestarse:

    • Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG):
      Preocupación excesiva y constante sobre eventos cotidianos que afecta la vida diaria.
      Por ejemplo: Una persona se preocupa continuamente por la salud de sus seres queridos, incluso cuando no hay razón para hacerlo.
    • Trastorno de pánico:
      Ataques de pánico repentinos con síntomas físicos intensos como palpitaciones o dificultad para respirar.
      Por ejemplo: Alguien siente que no puede respirar mientras hace la compra sin motivo aparente.
    • Fobias específicas:
      Miedo irracional a un objeto o situación que se evita a toda costa.
      Por ejemplo: Alguien con fobia a las alturas evita subir a miradores.
    • Ansiedad social o fobia social:
      Temor a ser juzgado en situaciones sociales, lo que provoca la evitación de interacciones con otras personas.
      Por ejemplo: Una persona evita ir a eventos sociales por miedo a hablar en público.
    • Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC):
      Pensamientos intrusivos que generan ansiedad, y comportamientos repetitivos para aliviar esa ansiedad.
      Por ejemplo: Alguien siente la necesidad de comprobar varias veces si ha cerrado la puerta.
    • Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT):
      Ocurre tras un evento traumático, con flashbacks, pesadillas y una sensación constante de peligro.
      Por ejemplo: Una persona que ha sufrido abusos revive el trauma cada vez que alguien la toca inesperadamente.
    • Ansiedad por separación:
      Miedo excesivo a estar lejos de una figura importante.
      Por ejemplo: Un niño entra en pánico cada vez que sus padres lo dejan en el colegio.
    • Ansiedad situacional:
      Ocurre en situaciones nuevas o no cotidianas.
      Por ejemplo: Una persona siente ansiedad intensa antes de hacer una entrevista de trabajo importante.

    Por supuesto, todo esto es más complejo que lo que cabe explicar en un post, y existen estrategias de gestión efectivas basadas en la evidencia, como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) que ofrecen recursos para las personas que sufren ansiedad social de manera que puedan enfrentar las situaciones sociales de manera más funcional.

    Me encantará escuchar tus comentarios o preguntas si quieres profundizar en alguno de estos tipos de ansiedad.

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